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jueves, 8 de julio de 2021

1873 ASESINATO DEL CURA PÁRROCO DE MORALEJA D. GABRIEL DEL MORAL


Uno de los sucesos que conmociono a Moraleja  en este año fue el asesinato del sacerdote Gabriel del Moral. Este relato fue realizado por Miguel Caballero Pérez, entonces residente en nuestra localidad, el llevó a cabo las conversaciones   con vecinos hoy fallecidos que le aportaron los datos orales, así mismo el revisó los padrones para localidad los datos que se adjuntan.

Debido a la situación actual, por la pandemia, es muy difícil localizar las fuentes bibliográficas y los archivos que el consultó. Si es posible iré actualizando los datos en un futuro.

Actualmente Miguel Caballero reside en Granada y es un experto en la familia de García Lorca, sobre el que ha publicado numerosos libros y ha colaborado en documentales sobre su vida.

Censo población 1845

Don Gabriel del Moral, sacerdote,  era natural de un pueblo de Albacete y según el censo de población de 1845, vivía en la casa 3 (desconocemos el actual nombre y número de la calle), en este año contaba 40 años por lo que debió nacer en 1805, y vivía con Josefa Alonso que contaba 19 años y que seguramente hacía las veces de sirvienta. Debió de venir acompañado de su hermana María del Moral que vivía en la casa denominada con el número 93, en este año de 1845 contaba con 42 años, nacida pues en 1798 dos años mayor que Gabriel casa con don Antonio García Merino, que por llevar el don  en el censo, sin ningún género de dudas debía ser persona importante o simplemente ser el cuñado del cura en el pueblo, el matrimonio debió ser de conveniencia ya que el citado don Antonio contaba con 34 años por lo que su esposa era mayor que él. De este matrimonio nacieron dos hijos que se llamaron Galo y José María de 7 y 2 años respectivamente. Esta familia debió de irse del pueblo ya que en el censo de 1852 no aparecen como habitantes del pueblo y debieron de vivir en el número 1 de la calle San Sebastián Alta. En el censo del citado año 1852 aparece como propietarios de dicha casa Gabriel del Moral aparte de otra que era la casa curato en la Plaza de la Conda 2.

Relato del asesinato:

Entre el día 2 de marzo y el 5 de mayo de ese año y en la casa de la calle Sebastián Alta nº 1 se perpetró el crimen del citado sacerdote, durante la hora de la siesta, esto según la tradición oral, fueron dos individuos los cuales debieron de producirle alguna herida en el cuello que provocaría su muerte, y con las palmas de la mano machó las paredes de dicha casa con sangre, lo que haría que la escena del crimen fuera sangrienta. Al parecer le debieron robar algunas monedas de oro que debía tener escondidas. La misma tradición oral nos dice que el nombre de unos de los asesinos fue el tío Jacinto.

Que hay de verdad y cierto en la tradición oral es lo que vamos a tratar de desvelar en las siguiente líneas.

Datos de 1865

En un documento del 25-2-1865 se crea un expediente por el Ministerio de Gracia y Justicia por el cual informa al arzobispado de Toledo del deterioro físico del citado Don Gabriel del Moral que debido a su edad pide que sea relevado por otro y que la dotación del mismo sea de 3.000 reales. Recordemos que tenía en esta fecha 60 años y que seguía siendo cura sin que le mandaran relevo hasta su muerte en 1873 con 68 años. Aunque según documentos del obispado debió de tener una presbítero llamado Juan José Álvarez.  Sobre este presbítero, natural de la localidad hay datos en el Archivo Diocesano de Getafe

En un documento que se conserva en el archivo del Ayuntamiento de 5 de mayo de 1873 se relatan las gestiones y los gastos realizados por las averiguaciones de los autores del crimen y su puesta ante la justicia en el juzgado de Getafe el importe de dichas gestiones fue 138 reales de los que la familia del cura aportó 80, en este documento no se aporta el nombre de ninguno de los dos autores, lo único que aporta son las pesquisas en los pueblos de los alrededores en la busca de los autores, lamentablemente no se ha podido consultar los archivo del partido judicial de Getafe, (documentación hoy custodiada en el Archivo Judicial Territorial de la Comunidad de Madrid). Tras numerosas gestiones no se ha podido constatar la existencia de los mismos en este año, también se han consultado las hemerotecas, con los periódicos de la época El imparcial y El Debate y de ahí no se ha podido sacer nada relevante que pudiera aclara dicho crimen, pues los periódicos de esta época era periódicos de opinión pública y a las noticias le dedicaban un pequeño espacio, por lo que eran casi telegráficas y en muchos casos no aparecen ni los nombre de los implicados en los sucesos.

Si recurrimos de nuevo a la tradición oral esta nos dice; que durante el entierro del sacerdote un vecino observo como el llamado tío Jacinto llevaba alguna sangre en la ropa por lo que fue inquirido por el mismo para que explicase el origen de la sangre, esta conversación debió ser oída por el sacristán Nemesio Panadero el cual a voz en grito acuso al referido tío Jacinto como el autor de la muerte de su cura. Inmediatamente fue detenido y confesó su crimen.

Sobre el tío Jacinto, según de nuevo por la tradición oral, podemos decir que su nombre era Jacinto Montero Rodríguez y que en el censo de 1845 aparece como hijo de una viuda llamada Luisa Rodríguez y que contaban con tres hermanos más Gregorio, Sebastián y Paula. Este Jacinto era el mayor de todos y nació en 1814, así es que cuando comete el crimen debía tener 59 años, lo que sí sabemos es que en el año 1860 vivía en el número 1 de la calle de la Fragua. En censos posteriores como el de 1874  no aparece ningún apellido Montero salvo el de su hermana Paula que en ese año vivía en la calle de las Huertas 1, casada en segundas nupcias el 16-12-1867 con Valentín Martín Ollero, (era ella viuda de Joaquín Godino según el censo de 1845) y tenía una hija llamada María Godino Montero que nació en 1861 y que se casó con Bonifacio Martín Marqués y que vivía en la calle Real Alta nº14 según el censo de 1898 de esta unión nacieron 4 hijos: Luisa, Claudia, Soledad y Tomás.

Tras el asesinato de don Gabriel del Moral, fue nombrado cura ecónomo es decir interino don Manuel Ramos Ruano, que vino acompañado al pueblo con una hermana viuda llamada Manuela, eran naturales de Monleras (Salamanca), el cual tenía la obsesión de que a él también podían matarlo y en una carta del mismo al obispo dice lo siguiente: “Prefiero comer cebolla……….” , la tradición oral dice que aparte de la carta que en su día mandó al obispo, cuando discutía con alguien del pueblo, solía reprocharles que habían matado al cura anterior.

Lo que si se tiene documentado es que en el asunto del despoblamiento de Moraleja la Mayor o Moralejita tuvo don Gabriel parte importante ya que gestionó el 23-10-1845 ante el arzobispado de Toledo la cesión al concejo de las piedra, madera y otros elementos que se trajeron de la iglesia, sacristía y casa curato de Moralejita. Algunos objetos se vendieron otros se añadieron a la iglesia de Moraleja de Enmedio y parte de las piedras están bajo las calle de Moraleja cuando se trajeron varias docenas de carros con ellas, parte de la madera se utilizó en el años  1845 en la construcción del chapitel de la torre de Moraleja que costó 5100 reales, que la obra la realizó un vecino de Carranque llamado Bernardo Gallego en el que se utilizaron además de la madera planchas de plomo.

También durante su ministerio se restauraron las andas de la imagen de San Sebastián y la restauración del Cristo de la Salud que fue llevado a Pinto a un escultor y pintor llamado Fructuoso Rodríguez, en 1845 renovó parte del vestuario de los monaguillos, acólitos y el suyo propio ya que compró con cargo al concejo varias casullas, añalejo y una manda nueva dorada.

En 1947 se construyó la nueva campana que fue  realizada por Fermín de Argos Corrales, natural de Isla Cantabria, que costo 5850 reales de los que en ese año se le pagaron 13000 quedando el resto pendiente a la espera de que no se rajara la misma.

De la fundición de esta campana se conserva el contrato firmado el 1847 el día 31 de octubre entre otras cosas dice  que el peso de la campana será de 40 arrobas y media y que tiene 18 arrobas de mermas se le pagan 3000 reales quedando 2.450 pendientes para pagarlos a partir de los seis meses de fundición de la misma y si se rájese se hace responsable la casa Argos.

Como curiosidades podemos decir que la campana a que nos referimos está colocada en la zona sur de la torre, la que da a la actual carretera, se montó un andamio para poder bajarla y posteriormente subirla en esta tarea de fundir la campana trabajó 3 días Fermín Argos, en el acto de pesarla se rompió la romana lo que dio consecuencia de que se fundiera otra y la fundición se hizo a pie de la torre como era costumbre y al subirla a la torre debido al peso se rompieron las maromas, que hubo que reponer, igualmente se le paso un yugo nuevo que fue construido en Carranque por Bernardo Gallego que costo 650 reales y un badajo nuevo que costó 46 reales.

De los campaneros podemos decir que los que trabajaban para el arzobispado de Toledo, como en el caso de Moraleja, la mayoría era de la zona de Santander concretamente de Ajo, Bareyo y Güemes, Isla, Maruelo y Nlos cuales salían de sus pueblos y valle en los meses de febrero para fundir campanas en estos lugares y tras varios meses de campaña, volvían en los meses de noviembre a sus pueblos, significando que las deudas muchas veces no las podrían cobrar a los concejos y que tales deudas eran heredadas por sus sucesores los cuales intentaban con diverso éxito cobrarlas. El tal Fermín de Argos fundidor de nuestra campana tiene delegado el cobro del Arzobispado de Toledo a D. Mariano Martín Esparza, procurador del tribunal eclesiástico de Alcalá de Henares, entre otras campanas fundió una de la Iglesia de San Andrés de Guadajara y otra e la catedral de Sigüenza llamada Bárbara que tenía 1,57 metros de diámetro y es la mayor de las que actualmente tiene la catedral de Sigüenza.

Este maestro campanero se dedicó 40 años al oficio de fundidor algunos de estos datos nos los ha proporcionado el historiador de Santander D. Luis Escallada González[i] es unos de los mejores especialista en este tema que existen en España y desciende de Fermín Argos.

 

 

 

 



[i] BREVE GUÍA DE MAESTROS FUNDIDORES DE CAMPANAS DE CANTABRIA, ALTAMIRA REVISTA DEL CENTRO DE ESTUDIOS MONTAÑESES. TOMO LXX Santander, 2006

En la página 39 aparecen los datos de Fermín de Argos Corrales y el dato de nuestra campana, ver artículo completo en el siguiente enlace:

http://campaners.com/pdf/pdf333.pdf